NO ES SOLO UN DOCUMENTAL MÁS.
Alain Resnais logra hacer un documental en el que plasma la postura de la Nouvelle Vague (Nueva Ola francesa), mérito nada menor ya que imprime una visión filosófica, casi poética a uno de los sucesos más horrorosos de la historia, los campos de concentración de la Alemania Nazi de la Segunda Guerra Mundial.
El asesinato sistemático y organizado de personas que no cumplían con lo que el régimen Nazi creía podían tener un valor para la sociedad, enfermos mentales, ancianos, homosexuales, inmigrantes no deseados y especialmente Judíos a los que al menos la historia nos ha enseñado que fueron tratados con mucha más severidad.
A veces con un tono casi de informativo noticioso, logra un trabajo sumamente humano, en el que con pequeños detalles de la vida diaria logra acercarse mucho más humanamente a lo sucedido en los campos de concentración. Logra generar empatía y ponerse en el lugar de toda las personas que tristemente tuvieron que soportar un destino, jamas deseable para ninguna persona en ninguna circunstancia.
Lo más disfrutable, al menos desde mi punto de vista es la poca carga de dramatismo innecesario, el cual es ingrediente común en documentales que tocan el tema.
